El mercado laboral actual está sometido a profundos y muy rápidos cambios, ha cambiado y se prevé que aún cambie más hacia la mitad del Siglo XXI; afectando a la realidad del trabajo y de la acción sindical a desarrollar a lo largo del Siglo XXI al estar inmerso en un modelo económico, productivo y laboral que favorece la desregulación de las relaciones laborales y que fomenta la disminución de la afiliación.
En estos momentos es aún mayor la necesidad de estar afiliado para defender los derechos conseguidos, inmersos en un marco laboral altamente individualista , que impide que los trabajadores y las trabajadoras se agrupen, que compartan experiencias y que permanezcan en su puesto de trabajo el tiempo suficiente para disfrutar de las posibles mejoras a conseguir mediante la acción sindical.
La alta rotación laboral, la división de la cadena de producción en múltiples empresas y países; junto con las diferencias en materia de contratos son los principales motivos que dificultan la asociación en torno a objetivos comunes, que impiden que los trabajadores y las trabajadoras se conozcan y compartan experiencias; y que desmotivan la afiliación del trabajador y de la trabajadora haciéndoles concebir sus trayectorias laborales como un proyecto personal, independiente, sin que se aprecien intereses o proyectos comunes con sus compañeros o compañeras. Se trata del “divide y vencerás” clásico , aunque mucho mejor vendido y desarrollado ante los trabajadores y las trabajadoras actuales.
Un mercado laboral en evolución continua y muy rápida hacia la desintegración de la unidad colectiva, que pone el control de las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras afectados en manos del empresario y la empresaria; y que está girando hacia un modelo con menores garantías laborales donde la negociación colectiva cada vez tiene menor fuerza.
Sin embargo, los convenios colectivos continúan protegiendo las condiciones laborales de muchos trabajadores y trabajadoras; y, aunque el nuevo marco de relaciones laborales impuesto por el modelo neoliberalista actual ha disminuido el poder sindical, el lema sindical, “ la unión hace la fuerza”, sigue vigente y es aún más necesario para poder defender colectivamente los derechos laborales y sociales conseguidos desde una posición de fuerza negociadora .